Viernes y Dragones III

Los tres héroes no volvería a ser los mismos nunca…

La niebla se agitaba cada vez más con el viento. Crecía y avanzaba, como paredes en ruinas, deslizándose lentamente de norte a sur. Parecía formar varios escenarios con capas blancas a lo largo del horizonte. La niebla parecía jugar a favor del enemigo.
Entre esas nubes blancas que se deslizaban por la tierra apareció Gavin haciendo un gran esfuerzo para avanzar. Con el rostro ensangrentado por la pérdida del ojo derecho, con la armadura quebrada y con su espada hecha pedazos juntaba aire para poder dar un poco más.
Un último esfuerzo. -En silencio rezaba con ira.
Gavin estiró el brazo en la niebla y se detuvo.
Encontró el cuerpo de Nowhere que yacía con los ojos abiertos y sonriente al cielo. Gavin  arrastró su cuerpo hasta poder arrodillarse a su lado.  Para cualquiera que hubiera pasado por ahí en ese momento sería claro el dolor que aquella imagen expresaba. Como la Pietá de Miguel Angel, tal vez.

Gavin buscó los dioses que él había negado cuando dejó de ser paladin en el cielo. Pero no nos confundamos, los buscó para amenazarlos, para advertirles que él también podría subir ese mismo día. El héroe de Legios bajó la vista con lágrimas buscando la batalla que aún se combatía. Sus amigos Garatha, Gamesh y Ravno aún combatían. Debía unirse a ellos.
¿Tan lejos estoy? – Se preguntó Gavin
El golpe mortal que lanzó a Gavin lejos del combate, lo había dejado muy aturdido. Sus oídos zumbaban y no podía orientarse. Ver a Nowhere, inmóvil, fue el último golpe que lo haría caer. Juntó todo lo que le quedaba y se puso de pie tambaleando.
En ese momento pudo oír a Garatha que gritaba: Gavin, Gavin. ¿Dónde estás?
También escuchó los golpes de las hachas de Ravno. Se dio cuenta que poco a poco el zumbido bajaba y la vista se  intentaba aclarar y podía enfocar. Con los golpes y gritos de Ravno podía ubicar fácilmente al enemigo.

Gavin, ¿estás bien?– Dijo Gamesh apareciendo a su lado. –Espera un segundo, estás muy herido. Deja que te ayude.
-Ravno debería curarnos.– Jadeó Gavin.
-Está al frente.- Contestó Gamesh mientras cerraba las heridas del guerrero.

Ravno pudo saltar sobre el pedazo de espada que Gavin había clavado en la pierna del enemigo, llegando así hasta sus hombros y desgarrando, con sus hachas, ambos lados del cuello. Lamentablemente el enemigo pudo sujetarlo y atravesarlo con sus garras. Ese fue el grito que Gavin escuchó. Los siguientes gritos fueron cuando Ravno se dio fuerza para seguir destazando el cuerpo del enemigo a pesar de tener el cuerpo atravesado por las garras de la bestia del Consejo.
La bestia decidió azotar a Ravno contra las piedras del piso, una y otra vez lo estrellaba contra las piedras, pero Ravno no se dejaba ir, seguía golpeando viciosamente su objetivo. En su intento de soltarse de él, la bestia desesperada revelaba su ubicación, pues al abanicar a Ravno la niebla empezó a abrirse.

Gavin y Gamesh, vieron como la bestia azotaba a su compañero contra el piso, y que éste terco no se soltaba. Estaba ganando tiempo.
-Está ganado tiempo.– Acertó Gavin
Y revelando la ubicación del enemigo, por fin. -Copletó Gamesh.
Garatha pudo ver fácilmente a la bestia sin que ésta pueda percibirla como antes. Garatha pudo apuntar y disparar 4 flechas al mismo tiempo, y 4 flechas más antes que Ravno cediera inconsciente. Las 4 primeras flechas se enterraron en el flanco izquierdo del enemigo, justo cuando iba a azotar a Ravno por ultima vez contra el piso. Fue perfecto, ya que cuando la bestia bajó los brazos las flechas se rompieron y palanquearon dentro de su cuerpo causando graves hemorragias. Igual, la bestia no tuvo tiempo de reaccionar, pues cuando levantó la vista las 4 siguientes flechas habían atravesado el ojo izquierdo, pómulo izquierdo, parte del cuello y la clavícula izquierda.
Garatha volvió a cargar su arco y lo tensó con toda su fuerza. La bestia rugía entre saliva y sangre, y como un toro cuando golpea el suelo antes de lanzarse a la carga, pisó el cuerpo de Ravno lanzándolo hacia atrás.
La bestia se arrojó contra Garatha quien inmóvil esperaba que el enemigo se acercara más. Las últimas flechas que tenía debían valerlo todo.

La ira de la bestia no le había dejado ver a Gavin y a Gamesh acercándose por su lado derecho. La niebla al rededor había ayudado, por primera vez.
A dos metros de distancia Gavin impactó contra el enemigo clavando el pedazo de su espada en las costillas derechas, lo que obligó a la bestia a gritar y a darle el mejor objetivo que Garatha pudo haber pedido. En ese fragmento de segundo ella soltó las últimas dos flechas que entraron en la garganta de la bestia.

La primera ley de Newton es inevitable. La bestia de más de 300 kilos impactaría contra Garatha, la semielfa de unos 50 o 60 kilos, a unos 50 kilómetros por hora. El golpe pudo ser fatal de no ser que Gamesh llegara a tiempo para aparecer en el preciso momento y ponerse en el camino.
Gamesh, el sabio, decidió no dañar a la bestia en el último ataque, Gavin y Garatha lo acabarían. El daño que Nowhere y Ravno habían logrado contra el enemigo había valido la pena. El fuego de Nowhere había atravesado el abdomen de la bestia, y Ravno se había encargado de quebrar con un frío helado la parte superior de la Bestia. Por ello, Gamesh, decidió no atacar y salvar a Garatha en el último momento.

Habiendo perdido a Garatha, la bestia aún se retorcía buscando dañar a Gamesh, pues él había tomado el lugar de Garatha empujando a ésta. El sabio trataba de esquivar los mordiscos y las garras, pero el impacto había roto varios de sus huesos. Intentó desaparecer pero el estado en el que estaba le impedía concentrarse. Gavin y Garatha llegaron para ayudarlo sacando el cuerpo de la bestia a un lado y liberando a Gamesh quien tenía la boca llena de sangre por las contusiones y hemorragias internas, pero había obtenido la gema que ésta bestia del consejo protegía. Ahora, podían entregar la gema al imperio y asegurar la victoria contra el mal, cerrando por fin y de una vez las puertas del mismo infierno.

Garatha se quedó con Gamesh, mientras que Gavin iba a buscar a Ravno.
Tal vez Gamesh podría curarse, tenía la posibilidad de poder entrar a un plano distinto y descansar hasta curar sus heridas. Para Nowhere era demasiado tarde, y Ravno no alcanzaría a más que a despedirse del héroe de Legios. Gavin, terco igual que su amigo tardó en ver que no había nada más que hacer.

La lluvia se llevó la niebla y los tres héroes no volvería a ser los mismos nunca.
Ellos lo sabían, habían perdido a dos de sus hermanos en una de las peleas más sangrientas que el mundo recordaría. Querían sepultar a sus amigos, querían guardar el silencio y el luto de perder a dos grandes héroes, pero el tiempo apremiaba. La explanada del templo empezaba a temblar anunciando que pronto todo se reduciría a escombros.
Los héroes no tenían fuerzas para cargar a sus amigos, Gamesh estaba muy dañado y sin energía como para transportarlos a todos. El casco de Gavin y su llave para transportarse se habían quebrado en la pelea. Tendrían que salir de la forma antigua, corriendo y esquivando todo a su paso.
Mientras el suelo temblaba, juntaron a sus dos amigos caídos. Gavin los cubrió con su manto y Garatha los escondió para siempre con su capa invisible.

Los tres héroes salieron lo más rápido que podían, ayudándose entre ellos, para evitar quedar enterrados para siempre.
La gema que la bestia protegía sería la clave para vencer contra los demonios. Los héroes lo habían conseguido, pero el precio fue altísimo.

 

 

Felizmente el viernes pasado terminó la primera temporada de mi juego y éste viernes iniciamos un spin-off !!!